Los grandes propietarios y administradores de oficinas tradicionales tendrán cada vez más espacios equipados y con servicios implementados en sus portafolios.
Algunas oficinas tradicionales, administradas por grandes propietarios, migrarán hacia formatos más flexibles como espacios equipados y con servicios implementados, como las oficinas bajo el modelo de coworking. Este giro responde a las nuevas necesidades de los clientes corporativos, que buscan contratos más flexibles y otras facilidades. “Ya se está dando de a pocos. Estos grandes propietarios que ya tienen muchos metros cuadrados van a tener una porción como espacios flexibles en el corto plazo”, comenta George Limache, jefe de investigación de Binswanger Perú.
El segundo trimestre del 2020 fue uno de desocupación de oficinas prime en los principales ejes corporativos de Lima (ver gráfico), donde se devolvieron 18,300 metros cuadrados correspondientes a 30 oficinas. Un 60% abandonó completamente la oficina para consolidarse en otra sede, un 27% hizo una reducción de área en el mismo edificio, y un 13% canceló su contrato de alquiler firmado antes del inicio de la pandemia, según Binswanger Perú. “El impacto más grande recién lo veremos al cierre del tercer trimestre, porque en junio recién se han estado terminando de renegociar los contratos”, comenta Aissa Lavalle, country manager de Cushman & Wakefield en Perú.
En ese sentido, algunos espacios destinados a oficinas tradicionales pasarían a un formato más orientado al coworking, con espacios y servicios implementados, así como plazos de contratos de arrendamiento más cortos. El foco permanecería en el formato enterprise —oficinas privadas que ganan cada vez más espacio en los edificios de coworking—, antes que en espacios compartidos. “Sí estamos pensando tener dentro de nuestras oficinas en San Isidro espacios flexibles. Sería más corporativo para brindar un piso con este formato para empresas y realizar cobro por persona. El teletrabajo funciona, pero cuando tienes las facilidad de servicios y espacios flexibles, estos se prestan bien para la coyuntura”, comenta Violeta Noriega, gerenta comercial de Inverdes, que tiene oficinas de coworking en Miraflores, y oficinas tradicionales en San Isidro. “La coyuntura te está exigiendo mayor flexibilidad, ajustes que antes no se veían. Pero incluso el formato de coworking también ha sido afectado”, comenta Sandro Vidal, gerente de investigación de Colliers International.
Los grandes landlords que administran oficinas tradicionales ya brindan servicios de facility management, implementación y tienen las espaldas financieras para adoptar formatos más flexibles, indica Limache, de Binswanger. “Observo más cerca de este cambio a Centenario, Urbanova e Inverdes”, añade. “La tendencia ya existía, solo que no se han ‘marketeado’ tanto a diferencia de un coworking. Ahora el landlord me da ambas opciones para competir. (…) Los contratos se han vuelto más flexibles, aceptan plazos menores, y por lo tanto la implementación de la oficina tendrá características que permitan volver a alquilarla”, comenta Aissa Lavalle, de Cushman & Wakefield, quien confirma que clientes que antes solo buscaban oficinas tradicionales ahora piden que los formatos de coworking estén entre las opciones.
Fuente: Semana económica